La
semana pasada hablaba sobre los mecanismos de defensa de las plantas, y justamente esta semana ha caído en mis manos un curioso artículo sobre este tema. Resulta que las plantas incluso son conscientes de cuando "las están comiendo". Cuando una planta oye o siente la vibración de una oruga que despreocupadamente está devorando una de sus hojas desprende aceite de mostaza como medida disuasoria. Parece ser que el comportamiento de las plantas ante similares amenazas es el mismo: desprender sustancias químicas como protección.
Lo del aceite de mostaza apoya la teoría de la Dra Clark que aconsejaba evitar el
ajo, la cebolla y la mostaza, dado que contienen agentes alkilantes, conocidos compuestos cancerígenos. Esta recomendación como era de esperar no fue muy bien recibida, con lo mucho que se pregona las virtudes curativas del ajo. Y sí es cierto que el ajo se puede considerar un antibiótico, que probablemente de forma similar al aceite de mostaza, genera la planta para librarse de bacterias y otros invitados indeseados, también puede resultar tóxico para nuestro cuerpo.
De hecho el
Ayurveda, la medicina milenaria de la India recomienda la dieta Sátvica, en la que no tiene cabida ni el ajo ni la cebolla (la mostaza no creo que fuera conocida). Esta es la dieta que se considera ideal no sólo para una óptima salud sino también para favorecer el desarrollo espiritual. Aunque el Ayurveda no da explicaciones sobre el porqué de estas restricciones, investigaciones recientes han desvelado que el ajo inhibe la producción de ondas alfa, que como he explicado en el artículo anterior es esencial para entrar en estado meditativo.
Otro ejemplo lo encontramos en una de las plantas más cultivadas del mundo, el
Café. Cuando la planta se ve atacada por hongos o insectos genera más cafeína, que de hecho es un agente antifúngico. Uno de los inconvenientes del café es su alto contenido en mitoxinas, sustancias muy tóxicas que producen los hongos. De hecho la Unión Europea establece niveles máximos permitidos de micotoxinas en las cosechas de café que llegan de África o América del Sur, rechazando a veces barcos con cargamentos enteros. Aún así, incluso niveles muy bajos de mitoxinas son muy nocivos para la salud. Las micotoxinas, no por ser naturales, son menos peligrosas que los tóxicos fabricados por el hombre. De hecho, las micotoxinas están reconocidas como una de los cancerígenos más potentes que existen.
Y pasarse al café descafeinado solo empeora las cosas, dado que la cafeína ofrece una relativa protección a la proliferación de los hongos.
Los
cereales también tienen un alto contenido en micotoxinas, otra razón más para evitarlos (como si no hubiera suficientes). Y volviendo al tema de las lectinas de la semana pasada, aunque yo no recomiendo su consumo, siempre es mejor optar por los cereales refinados que por los llamados integrales, supuestamente más saludables. Y es que es en la cáscara donde se concentran las lectinas y el ácido fítico que impide la absorción de minerales. Sí, ya sabemos que la cáscara es rica en fibra, pero como comenté, una fuente mucho más segura de fibra son las verduras y el
psylliym, que no tienen lectinas.
Sin embargo, cuidado con la familia de las solanáceas (berenjenas, patatas, pimientos y tomates), cuyo contenido en lectinas es alto, por lo que se recomienda moderar su consumo. Además dichas verduras, excepto el pimiento, tiene un alto contenido en carbohidratos. Sobre todo en caso de artritis reumatoide es vital evitar las solanáceas, y en algunos casos alimentos ricos en lectinas en general.
La
dra. Clark recomendaba evitar las solanáceas en caso de artritis, y en especial los pimientos en caso de artritis en las rodillas. Según comprobó la doctora con sus pacientes, a veces es suficiente con evitar el pimiento para eliminar el dolor artrítico en las rodillas. Se cree que alrededor del 20% de los casos de artritis reumatoide se deben a las lectinas de la familia de las solanáceas (y es que no todas las lectinas son iguales ni afectan de la misma manera).
A veces me preguntan por qué no tengo bayas de goji en
la tienda. La razón tiene que ver con las lectinas. La familia de las solanáceas es muy amplia, y las bayas de goji, por mucho que se empeñen en denominarlas
superalimentos pertenece a dicha familia.
Las legumbres, especialmente las judías o fabes, son también altas en lectinas. En un estudio realizado 1 ratas alimentadas con judías mostraron crecimiento retardado, agrandamiento del páncreas, disminución en la producción de insulina, así como alteraciones en el metabolismo de proteínas, grasas y carbohidratos. Según los investigadores podría deberse a que las lectina se comportan como hormonas, pero también podría deberse a los inhibidores enzimáticos que contienen. En cualquier caso sigue el consejo de
Pitágoras...
Leptina es la hormona que se genera cuando has comido lo suficiente, lo que debería suprimir la sensación de hambre. Las lectinas han sido asociadas con la resistencia a la leptina, que conduce a la resistencia a la insulina y a la obesidad. 2
Cuando se insertan genes en los
alimentos genéticamente modificados frecuentemente se aumenta la cantidad de lectinas. Es por eso que los transgénicos son más alérgicos que los alimentos que no han sido genéticamente modificados.
Quizás lo peor de las lectinas es que causan intestino permeable 2. Cuando se daña el recubrimiento interior del intestino otras proteínas procedentes de los alimentos entran en el torrente sanguíneo y programan al sistema inmune para atacar otras partes del cuerpo, como el sistema nervioso, el corazón, la piel, las tiroides o incluso el cerebro. El intestino permeable es el origen de casi todas las enfermedades autoinmunes: crohn, fibromialgia,
síndrome de fatiga crónica, artritis, e incluso del autismo y el
déficit de atención e hiperactividad.
Tampoco recomiendo los
lácteos spasteurizados. Aparte de otros muchos problemas, la leche homogeneizada o pasteurizada contiene menos SIgA, una inmunoglobulina presente en la leche cruda que se une a las lecitinas reduciendo su impacto. Es por esto que en muchas personas que no toleran los lácteos en realidad el problema está en la pasteurización o la homogeneización, no en la leche en sí.
La técnica más usada para reducir las lectinas en el caso de las legumbres es dejarlas en remojo antes de cocinarlas. La cocción a veces funciona, pero algunas veces como en el caso de las judías rojas hace que las lectinas se vuelvan 5 veces más tóxicas. 3
El mejor método para destruir las lecitinas es la olla a presión. La fermentación también ayuda, pero tiene el inconveniente de que se produce histamina, lo que puede puede provocar alergias. Uno de los productos más alérgicos es
la soja, quizás por las histaminas que contienen los productos de soja fermentados: tempeh, tamari, natto, miso. Eso sí, sin fermentar (leche de soja, tofu.) son aún peores, y no sólo por las lectinas y los fitoestrógenos.
El calor en seco no destruye bien las lectinas, por lo que cocinar con harina de garbanzo, aunque no tenga gluten, no es muy recomendable.
Fuentes:
1.
Lectins. Halina Lis.
2.
Agrarian Diet and Diseases of Affluence
3.
Bad Bug Book: Foodborne Pathogenic Microorganisms and Natural Toxins Handbook
-
Plant Lectins (Chemistry and Pharmacology of Natural Products) . A. Pusztai