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Estoy viendo videos de la Manifestación Mundial por la Libertad y Democracia acaecida hoy en más de 100 ciudades en todo el mundo.
Una manifestación pacífica y apolítica de ciudadanos unidos con una única consigna: defender el bien más valioso que poseemos y que nos ha sido arrebatado. La Libertad.
Es muy gratificador comprobar el éxito arrollador de la manifestación en los más de 70 países en los que ha tenido lugar. Me llegan videos de Holanda, Belgrado, Serbia, Estocolmo en Suecia, Dinamarca e incluso Japón.
Esta es una foto de la manifestación en Holanda.
Miles de personas despiertas marchando pacíficamente sin miedo, sin bozales. Recuperando la dignidad que nos han robado. Reclamando sus derechos y libertades más fundamentales.
Pero en lugar de gozo una honda pena me embarga el alma.
Madrid, mi ciudad, se había unido a la convocatoria.
Sin embargo hace unos días el Gobierno dictatorial en una sucia maniobra prohíbe la manifestación a la que iba acudir gente de toda España.
El mismo Gobierno corrupto que autoriza la manifestación a favor de un rapero cuyos defensores provocaron el mes pasado violentos disturbios en Barcelona con quema de contenedores y vehículos.
Aún así no hemos querido doblegarnos y renunciar a nuestro derecho de asociación. La convocatoria se mantuvo cambiando el lugar al Retiro, el parque más emblemático de Madrid.
Muy descorazonados ante la poca afluencia, aunque había grupos de otras partes de España que vinieron a pesar de las restricciones de movilidad y la prohibición de la manifestación. Mi mayor respeto y admiración para ellos.
Muy descorazonador vernos rodeados de covidianos que nos superaban en número con creces. Aprovechando los rayos de sol paseaban, patinaban, montaban en bici o hacían deporte con la mascarilla puesta como presidiarios agradecidos de que se les permitiese salir de la celda a tomar al aire al patio.
Covidianos que ignoraron por completo esta "Canto al creyente desconocido" que les dedicó micrófono en mano su autora y que arrancó lágrimas de tristeza e impotencia entre los asistentes:
A ti te canto llorando,
creyente desconocido,
que quizá fuimos familia
o quizá fuimos amigos,
que quizá fuimos amantes
o quizá nunca nos vimos.
De llamar tanto a tu puerta
ya me sangran los nudillos.
Me estoy quedando sin voz
gritando entre tanto ruido.
Si apagas la tele y sales,
tal vez oigas mis quejidos.
Consiguieron separarnos
con encierros enfermizos;
obediente a los mandatos
aplaudiste al cataclismo
y te amarraron al miedo,
que es el peor de los grillos.
Te mandan llevar bozal
y obedeces con ahínco
creyendo que es por tu bien,
para que no te entren bichos,
y no entiendo que no entiendas
que es que hablar te lo han prohibido.
Cuando intento hablar contigo
siempre saltas con lo mismo:
"Y los muertos, ¿son mentira?
A mí se me ha muerto un tío.
Los contagios, ¿no los hay?
Y las ucis..., ¿no lo has visto?"
El gran discurso oficial
bien que te lo has aprendido,
cosa que no es de extrañar
porque te lo han repetido,
día a día y sin cesar,
todos los Medios vendidos.
Si intento que razonemos,
dices que estás ya aburrido
de hablar siempre de este tema;
te lo he dicho y te lo digo:
¡si no has hablado jamás,
si repites poseído!
Te he intentado hablar de muertos,
de índices, de negativos,
de hospitales, peceerres,
de protocolos seguidos,
de las autopsias prohibidas
y de tantos otros timos.
Te he intentado hablar de médicos
y epidemiólogos dignos,
de virólogos honrados,
de científicos instruidos;
de los virus y bacterias,
de microbios y organismos.
Te he intentado hablar de leyes,
de multas y de delitos,
de los derechos humanos,
de los boes que he leído,
del estado de excepción
y el de alarma, el elegido.
También he intentado hablarte
sin usar sus eufemismos,
sin usar los terminajos
de su decir retorcido
y que el sentido común
te mandase algún aviso.
He intentado hacerte ver
que esto es el gran desatino,
que necesitan tu fe
y bien que la han conseguido;
y que esto no es saludable;
y que esto no es estar vivo.
He intentado que me escuches
pero no quieres ni oírlo.
Has tirado la toalla,
crees que ya está todo dicho
y has decidido acatar
mudo,sin decir ni pío.
Han conseguido que creas
que eres un grave peligro
para tu padre y tu madre,
para tu abuela y vecinos,
y que has de ser responsable,
que es lo mismo que sumiso.
Han conseguido que creas
que la gente es tu enemigo
y que por tu bien te apartas
de presuntos asesinos
aunque tengas que tomarte
mil pastillas deprimido.
Han conseguido que creas
que, por el bien de tus hijos,
han de encerrarlos en aulas
-¡qué locura, pobrecillos!-
con las ventanas abiertas
aunque pasen mucho frío.
Y han conseguido que creas
que han de llevar el barbijo
y que deben separarse
de todos sus amiguitos
por no matar al abuelo,
al que no ven hace siglos.
Han conseguido que creas
que a tu padre retenido
en una cárcel de ancianos,
por su bien, le dan asilo
y no dejan que te vea
ni siquiera los domingos.
Han conseguido que creas
que, para que acabe el circo,
han de pincharte un veneno
que -lo dicen Ellos mismos-
no evitará ni que enfermes
ni que contagies al primo.
Han conseguido que creas
que has de seguir el camino
que desde Arriba te ordenan
y, a base de numeritos,
te mantienen cada día
acobardado y dormido.
Han conseguido que creas
que hay que esperar calladito,
que ya te irán diciendo Ellos
si os podréis juntar ya cinco
y podréis ir a comer
al restaurante más pijo.
Han conseguido que creas
que, si te tienen en vilo,
no es porque Ellos quieran, no:
es porque los positivos
son como la lotería
que ha de marcar tu destino.
Han conseguido que creas,
sabiéndote mortecino,
que son los irresponsables
los culpables y malignos;
que tu vida es una mierda
por culpa de esos mezquinos.
Han conseguido que creas
que debes ser obsesivo,
sicópata con los tuyos,
practicar el masoquismo
y encerrarte en tu burbuja
hasta que pases al nicho.
Y no consigo entender
que en todo esto hayas creído
porque es sentido común,
no de tontos o de listos,
darse cuenta de los fines
macabros y perseguidos.
Y no consigo entender,
sufriendo lo que sufrimos,
que es de extrema gravedad,
que no hayas dado un respingo
y hayas gritado bien fuerte:
"¡Se acabó ya este mutismo!
¡Se acabó esta sinrazón!
¡Se acabó tanto sadismo!
¡A la calle, y a la calle!
¡Fuera bozales dañinos!
¡Vida, amor y libertad!
¡Vomitemos lo podrido!"
Y apenada me pregunto
que qué pasará contigo
el día en el que descubras
la mentira enloquecido.
Ojalá que el fin no sea
terminar en el abismo.
La tristeza, la impotencia,
la amargura y el hastío,
la pena, la rabia atroz
y el asco hacia los malditos
que no nos dejan vivir,
me han hecho llorar a gritos.
Y he llegado hasta a pensar
-no sin cierto escalofrío,
cuando al recuerdo me vienen
nuestros muertos conocidos,
que me alegra que no sufran
este crüel sinsentido.
Agotada de la rima,
creyente desconocido,
intentaré con la prosa
seguirte hablando al oído
sin andar con miramientos,
por si te hiero un poquito,
aunque siempre con cariño,
querido desconocido.
https://contraelencierro.blogspot.com/2021/02/canto-al-creyente-desconocido.html
Unas horas más tarde abandonábamos el Retiro para dirigirnos, realizando un cordón humano uniendo nuestras manos, hacia la Plaza de Colón.
La policía no nos dejó ir muy lejos, a pesar de nuestra actitud pacífica y de la nula amenaza que representaba nuestro reducido número.
Llegaron varios furgones con policías que acabaron rodeándonos y finalmente disolviendo el grupo tras obligarnos a todos y cada uno a identificarnos entregándoles el documento de identidad.
La Democracia agoniza herida de muerte mientras los tragacionistas aplauden desde el balcón.
Muy desanimadamente,
Mónica "cantando antes muerta que sin vida" Santos
🎵Antes muerto que sin vida🎵 ==>
https://www.youtube.com/watch?v=xLY2sTMyqTU
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